domingo, 17 de marzo de 2013

Reseña: “Saga: El legado”



   La saga El legado, más conocida por su obra inicial, Eragon, fue creada por el joven escritor Christopher Paolini entre los años 2003 y 2011.
   Consta de cuatro obras, como muestra la imagen:
  1. Eragon, 2003.
  2. Eldest, 2005.
  3. Brisingr, 2008.
  4. Inheritance, 2011.
   Presa de la hondonada en la cual ha caído la literatura fantástica, la saga presenta un mundo con elfos de orejas picudas, enanos de barbas frondosas, dragones y, el único elemento imperdonable: ausencia prácticamente total de literariedad.
   Para alquien nacido a principio de los 90', la prosa de Eragon fue, con mucha probabilidad, una de las mejores de su preadolescencia: constituyó un libro único, magnífico, con unas descripciones y unos personajes que provocaban la sumersión total en la historia. Pero ya dos años después, llegando Eldest, quizá uno se preguntó dónde habían quedado estos panoramas tan vívidos, estas situaciones en las cuales casi podía olerse, por ejemplo, la hierba fresca de los prados donde Eragon escondía a su dragona. Y esta es la  pseudoevolución de la saga: nació para un público de entre 10 y 13 años, tuvo un éxito rotundo entre la mayoría de los lectores, pero crecieron estos últimos y la saga quedó estancada, trabada por la falta de talento de un escritor que, habiendo empezado esta historia con sólo 15 años, quedó en simple potencial.
   Sí, eran buenos libros para que los chavales se iniciaran en la lectura, muy buenos incluso, pero el escritor quiso llegar más allá y no lo consiguió: fueron los lectores quienes medraron.
   El éxito de los últimos libros de la saga se explica sólo como muchos otros hechos irracionales pueden hacerlo, pero no es lugar donde entrar.
   El propio final de la saga, tan seco y vacuo como los dos últimos libros, define a la perfección en qué ha quedado esta esperanza cercenada.



RGV.

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