jueves, 16 de mayo de 2013

Gustavo Adolfo Bécquer, Rima LXII

Primero es un albor trémulo y vago,
raya de inquieta luz que corta el mar;
luego chispea y crece y se difunde
en gigante explosión de claridad.

La brilladora lumbre es la alegría;
la temerosa sombra es el pesar:
¡Ay! En la oscura noche de mi alma,
¿cuándo amanecerá?

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