sábado, 18 de mayo de 2013

Gustavo Adolfo Bécquer, Rima XLIV

Como guarda el avaro su tesoro,
guardaba mi dolor;
le quería probar que hay algo eterno
a la que eterno me juró su amor.

Mas hoy le llamo en vano y oigo al tiempo
que le acabó, decir:
¡ah, barro miserable, eternamente
no podrás ni aun sufrir!

No hay comentarios :